Xavier Guerrero: “Lenín Moreno desestabiliza el tablero electoral”
Published On: 29 de December de 2016 :: 4:19 pm

Xavier Guerrero: “Lenín Moreno desestabiliza el tablero electoral”

Xavier Guerrero: “Lenín Moreno desestabiliza el tablero electoral”
Además, sostiene que el estilo político de Lenín Moreno propone el diálogo, la inclusión, la gobernanza y la conciliación como partes fundamentales de su Plan de Gobierno. A continuación reproducimos el texto completo de su análisis de la coyuntura política actual.

Lenín Moreno desestabiliza el tablero electoral

El tablero electoral está ya conformado. Participan hombres y mujeres y algunos de ellos, probablemente, ya pensaron antes de este año en prepararse para entrar en la contienda política,obtener la victoria mediante sufragio universal, moldear las decisiones públicas y marcar el destino de nuestro Ecuador.

Dejando de lado lo esgrimido por varios aspirantes electorales para justificar su bandera de lucha, con tesis legítimas aunque algunas se avizoran como absurdas, esta campaña electoral que arrancará el 03 de enero de 2017 aparece como “desestabilizada” por el estilo político de aquel ciudadano propuesto por el líder del Movimiento Alianza PAIS, el presidente Rafael Correa, para que permita la perpetuidad del modelo de la Revolución Ciudadana (RC): Lenín Moreno Garcés.

No pretendo detenerme en una proyección del trabajo en políticas públicas del ciudadano Lenín Moreno como primera autoridad ecuatoriana, si así lo dispone el  electorado en el proceso democrático del próximo 19 de febrero, ya que aquello implicaría dedicar sendas líneas que son materia de otro artículo. Pero sí deseo
resaltar aquellos factores que han provocado que el panorama electoral
se vuelva desafiante para los otros candidatos.

Lenín Moreno ha asumido la delicada responsabilidad de continuar el trazo dibujado por el ciudadano Rafael Correa, llevando el proyecto a su maduración. En sus intervenciones públicas como candidato presidencial ha mostrado comunión total con la médula ósea de la Revolución Ciudadana (gobierno de izquierda con un tinte de servicio y la búsqueda por cambiar positivamente la vida de la gente).

No obstante, el factor clave que se torna todo un reto para el quehacer político es su estilo, con notorias raíces en su personalidad. Esto se observa extrayendo varios términos de sus pronunciamientos en prensa: unión, no confrontación, superar discusiones, etc. Es más, extiende su filosofía a su entorno: “mi equipo de trabajo debe desistir de la confrontación”.

Yendo un poco más al estilo de Lenín Moreno, su propuesta se basa en establecer una cultura del diálogo sostenida en la no confrontación, el respeto y la búsqueda de acuerdos bajo la luz de la importancia del ser humano y los valores, además de no desalinearse de los objetivos nacionales. Esta propuesta está en plena sintonía con una posición académica, una postura política y una tesis: Rodrigo Borja define a la política, entre otras apreciaciones, como “(…) la ciencia de la conciliación de intereses continuos para dar unidad, en medio de la diversidad, al cuerpo social”; el ciudadano Rafael Correa anhela que se dé continuidad a un modelo de gobierno en donde el soberano (la ciudadanía) sea quien siempre tenga las riendas de lo público e incida en dicha gestión; y, la ciencia política normativa impulsa el fomento de las virtudes ciudadanas (los valores que deben existir en gobernados y gobernantes).

En buen romance, Lenín Moreno plantea no divorciarse, sino que más bien propende al fortalecimiento directo de la participación ciudadana.

Bajo estas consideraciones, surge una clara reflexión: ¿qué otro candidato o candidata ha mostrado su inclinación hacia la escucha, su apología hacia la incidencia de la sociedad civil en la toma de decisiones públicas, y su clara identificación con la ideología a la que profesa? ¡Estimo que ninguno!

Justamente por esta razón, Lenín Moreno desestabiliza el tablero electoral, al fusionar su estilo con la ideología de la Revolución Ciudadana, anticipando lo que sería su gobierno: inclusión, descarte del conflicto, adopción de conciliación y, especialmente, gobernanza. ¡Aquello es socialmente deseable!

Culmino con una frase del Presidente de la República: “El nuevo socialismo no debe ser representante de supuestas ‘organizaciones sociales’ que se apropian de la representación popular. Debe ser sin intermediarios, representante de los ciudadanos, de lo público”. CNF / El Ciudadano



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