El Feriado Bancario es sinónimo de destrucción familiar

El Congreso de la época era dominado por la llamada ‘Aplanadora’, una alianza formada por el Partido Social Cristiano y la Democracia Popular – partido al que pertenecía el expresidente Mahuad. Años antes, en 1994, el Parlamento aprobó la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero, la cual permitió que el sistema bancario otorgue créditos vinculados, mientas que la Ley AGD admitió que los banqueros traspasaran al Estado las consecuencias de un manejo irresponsable que llevó a la quiebra a decenas de entidades bancarias y ocasionó la peor crisis económica del país.

Pero el Feriado Bancario no solo representa el mayor desastre económico del país, es sobre todo la peor tragedia social que ha vivido el Ecuador contemporáneo. Alex Flores, oriundo del Carchi, es uno de los dos millones de ecuatorianos que fueron obligados a salir del país producto del salvataje. “Fuimos expulsados de nuestro país por el feriado bancario. A mí me confiscaron los ahorros de toda la vida, cerca de 500.000 sucres que no podía efectivizar, los congelaron”, evoca con frustración.

Anita Campoverde, también migrante retornada, coincide con su compatriota, al asegurar que el Feriado significó la expulsión de millones de ecuatorianos, lo cual se tradujo en la destrucción de millones de familias. “A mis padres y a mí nos congelaron dos millones de sucres, ahorros de toda la vida. Sobrevivimos con el apoyo de mis hermanos, ellos nos mantenían, me ayudaron a conseguir el dinero para viajar; una vez en España trabajé para pagar las deudas con las que nos quedamos. Yo cuidaba de mis papás, me toco dejarlos solos, fue muy duro ya que por este desastre mi papá tuvo problemas con el corazón y le tocó cerrar su negocio y ya no pudo trabajar”.

La portovejense Carmen Scot, experta en Cooperación Internacional y Política Social, vivió la debacle del Feriado Bancario desde otra perspectiva: al ser funcionaria de un ayuntamiento de Cataluña (España), dedicó sus días a recibir a ecuatorianos expulsados de su Patria por el caos económico. “Yo ayudaba a ubicar a los coterráneos, donde vivir, donde trabajar. Fue muy duro ver historias de compatriotas que vendieron su fuerza de trabajo en labores muy difíciles, pero fue más duro aún encontrarse con casos de chicas violadas a causa de la desestructuración familiar”.

Precisamente, a juicio de Scot, el Feriado Bancario es sinónimo de destrucción familiar, ya que los hijos de los migrantes se criaron prácticamente solos, al cuidado de algún familiar o simplemente compartían el techo con personas a las que apenas conocían. “Por ejemplo, en España, los chicos quedaban solos toda la semana en un departamento donde no vivía una sola familia, sino vivían cinco familias; los hijos encontraron en las calles aquello que les llenaba y que los padres por sus circunstancias laborales no les brindaban, se juntaron con pandillas como los Latin Kings”, comenta la experta.

De ahí que para Carmen Scot el salvataje debe ser interpretado como el causante de generaciones perdidas, al haber empujado a que niños, jóvenes y adolescentes se pierdan en las pandillas o los vicios y muchos de ellos hayan acabado su vida. “La gente piensa al Feriado Bancario desde lo económico, lo fuerte fue la desestructuración familiar, dejar toda la vida atrás, encargar a hijos con algún familiar, eso fue lo más traumático. Ecuatorianos cuidando adultos mayores en España, mientras sus adultos mayores (papá, mamá, abuelos) cuidaban a sus hijos en su añorado país. /PB/El Ciudadano