Un hombre que se vistió de pueblo
Published On: 25 de May de 2017 :: 12:41 pm

Un hombre que se vistió de pueblo

Un hombre que se vistió de pueblo
El exmandatario estuvo acompañado de su hijo, esposa y sus más cercanos colaboradores. Desde una caravana ceremonial, “Mashi Rafael” extendió su despedida a las ciudadanos que esperaron a su llegada. Lágrimas, sollozos, rostros acongojados, melancolía, esperanza y la bandera tricolor destacaron durante esta jornada.

“Un hombre que nos deja un país distinto, un Ecuador transformado y lleno de fe en nosotros mismos. Un personaje que se donó por la Patria”, enfatizó Hernán Reinoso, uno de los dirigentes de la Red de Maestros, quien prometió seguir profundizando los logros alcanzados en esta década.

Las plateas, los palcos, las calles del Palacio Legislativo y seguramente los monitores de televisión, extrañaron las punzantes palabras de Rafael Correa. Su estilo frontal y su tenacidad política marcaron el tablero que se inclinó durante estos 10 años a favor de los sectores populares.

Grecia Mayanchi, presidenta de la Asociación Forestal Valle Hermoso, recordó que el expresidente recuperó el valor de la identidad, rescató el orgullo nacional y ubicó en la esfera pública a los pueblos y nacionalidades indígenas que se encontraban relegados y en un estado de pobreza.

“Le dio paz al país, estabilidad económica y política en este tiempo que gobernó. Algo que nunca existió”, indicó Mayanchi.

Por su parte, María Eugenia Posligua, una ama de casa que viajó desde la costa ecuatoriana para despedir al exmandatario, aseguró que en este periodo presidencial se alcanzó la Seguridad Social para las empleadas domésticas, y sobre todo, el poder Ejecutivo se vistió de los colores de su pueblo.

“Él ha sido una persona muy buena, siempre ayudó a los sectores más humildes y a pesar de todos los obstáculos y tropiezos ha seguido adelante”, aseveró María Eugenia.

Las calles de la capital recibieron a miles de simpatizantes de todas las provincias, indígenas, montubios, mestizos y afrodescendientes tuvieron la oportunidad de despedir a Rafael Correa. Entre los gritos retumbó una “¡Rafael, por siempre nuestro Presidente!”.

Después de su salida, la alfombra roja se llenó de lágrimas nuevamente. Sus ministros de Estado, asesores, protocolarios, sus amigos y la ciudadanía vieron como el máximo líder se vistió de pueblo, un atuendo que jamás lo desechó. /AD El Ciudadano.



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