Las operaciones de seguridad en Myanmar son un patrón para dominar a los grupos étnicos, afirma una relatora de la ONU

Un refugiado Rohingya sostiene un niño en sus brazos a bordo de una barca de fabricación casera en la que cruza, junto con otros refugiados, el río Nat, que marca la frontera entre Myanmar y Bangladesh. UNICEF/Brown

01 de febrero, 2018 — «Lo que el Gobierno de Myanmar califica como operaciones militares y de seguridad son en realidad un patrón establecido de dominación, agresión y violaciones contra los grupos étnicos», señaló Yanghee Lee, relatora para los derechos humanos en Myanmar.

Yanghee Lee hizo esa afirmación en Seúl, capital de Corea del Sur, ya que las autoridades de Myanmar rechazan cooperar con ella desde que en 2017 visitó el país en una misión de evaluación sobre la situación general de los derechos humanos en Myanmar, especialmente de los grupos étnicos como los Rohingya.
Para proseguir con la investigación, la experta viajó recientemente a Bangladesh y Tailandia, donde se entrevistó con refugiados, defensores de los derechos humanos periodistas y representantes de los grupos étnicos.
La experta explicó que ha recibido denuncias e informes sobre ataques a civiles, contra casas y templos, así como sobre desplazamientos y realojamientos forzosos, la quema de pueblos, la confiscación de tierras, la violencia sexual, los arrestos arbitrarios, la tortura y las desapariciones forzosas.
Estos actos, atribuidos a las fuerzas de seguridad y los militares y que han provocado una indignación internacional, despiertan para muchos en Myanmar un sentimiento de algo ya vivido durante generaciones, concluyó la relatora.