Expertos ratifican que la potenciación de la Refinería no fue integral

Francisco Moreno, superintendente de la Refinería de Esmeraldas, ratificó lo dicho por el Primer Mandatario, pues reconoció que existen áreas que debieron ser tomadas en cuenta en la repotenciación y no se lo hizo, como el sistema de control de incendios que si bien está operativo, fue implementado hace 40 años.

En cuanto a los inconvenientes más notables, explicó  que uno de ellos se  presenta en la Unidad de Craqueo Catalítico Fluidizado (FCC), la cual es considerada el ‘corazón de la refinería’ y que tras poco más de 2 años de funcionamiento, presenta fisuras en el interior de las paredes del sistema reactor- generador, lo cual provocó la aparición de 8 puntos calientes.

Al momento estos puntos son controlados a base de vapor y aunque esta medida no es la adecuada, ha logrado mantener la temperatura del reactor en niveles aceptables de operación.

Sin embargo, el funcionario resaltó que para mantener dicha operación, la temperatura externa no debe superar los 420 grados centígrados. “Al momento con la medida tomada la temperatura externa del FCC fluctúa entre 180 y 200 grados centígrados, de mantenerse esta constante”. Reveló que se podría llegar a la paralización programada para julio de 2018, pero de superarse ese valor la planta debería detenerse.

Ante esta situación enfatizó que se están tomando las acciones necesarias en caso de requerir una paralización y tener solucionado el tema de la provisión de presupuestos.

Otro de los problemas es la generación de energía eléctrica que requiere la central, cuya necesidad de operación es de 28 megavatios. Germán Cevallos, responsable de esta área, detalló que de los 5 turbo generadores; los números 1 y 2 están en funcionamiento, el 3 está en mantenimiento, el 5 se encuentra paralizado y el 4 se encuentra inoperable, tras el incendio suscitado el 6 de agosto. Esta situación obligó a la refinería a depender del Sistema Nacional Interconectado (SNI), para provisionarse de aproximadamente 14 megavatios.

“Dependemos de la fiabilidad del SNI, pues en caso de existir inconvenientes como apagones se requiere entre dos y tres días para encender los equipos, con el claro peligro de que estos sufran daños importantes”, enfatizó. A su criterio, esta es otra de las áreas que debía ser tomada en cuenta para su repotenciación, hecho que no se dio, pues tres de los 5 generadores datan del año 1975.

En lo que respecta a almacenamiento de combustible, de los 74 tanques con los que cuenta la refinería,  33 se mantienen con problemas contractuales con el constructor, situación que provoca que la petrolera no pueda hacer uso de ellos para el apropiado acopio de derivados.

Otra de las situaciones críticas son los daños que presentan las plantas S y S1 de azufre. “Al no tener en funcionamiento estas plantas, la refinería está limitada en la recuperación de azufre, el cual ahora se lo quema en las columnas de Tea”, apuntó Hernán Ayala, responsable de la Unidad de Catalítica 3. El funcionario reconoció que esto problema incluso puede afectar al ambiente.

Por último, Carla Arellano, gerente de la Refinería, explicó que si bien la central se encuentra operando al 100 por ciento de su capacidad, es decir produciendo 110.000 barriles diarios, los problemas que tienen algunas áreas, podrían causar inconvenientes en la operación de la planta. Al respecto, dijo que se están tomando las medidas para garantizar la provisión de energía como una posible paralización programada, un acuerdo para el alquiler de tanques de almacenamiento, entre otras.

El Ejecutivo ha reiterado su preocupación ante la posibilidad de tener que paralizar el trabajo de uno de los principales motores de la economía ecuatoriana, es por eso que días atrás anunció 6 medidas a aplicarse en la petrolera, entre las que se cuentan, una evaluación técnica de cada una de las áreas del sistema de refinación para tomar acciones correctivas y preventivas; elaborar una valoración de los requerimientos adicionales para el óptimo funcionamiento de la Refinería; solicitar la intervención de los organismos de control para revisión de los contratos de repotenciación y sostenimiento; mejorar la confiabilidad de la generación eléctrica; implementar procesos para mejorar la calidad de los combustibles; y llegar a un acuerdo con la ESPE para la asesoría en el cierre y liquidación de contratos. /HP/El Ciudadano